Cuando Robert y Jonas dejaron sus respectivos trabajos en grandes empresas bien establecidas, hace ya 50 años, la gente les tacho de locos. Pero en su cabeza se gestaba una idea grande y ambiciosa. Con mucho tesón, esfuerzo y positividad han conseguido lograr que Oriflame se haya convertido en una de las empresas de cosmética más grandes del mundo.
A la pregunta que de dónde les viene esta mentalidad ganadora, la respuesta es obvia – cada uno de ellos se apoya en el otro. Competitivos desde su niñez, siempre fueron grandes deportistas y, junto con su hermana, competían entre ellos para ver quien ganaba una carrera, un concurso o cualquier juego en casa. Ese carácter de sana competitividad ha jugado un papel vital en el éxito de Oriflame a lo largo de los años.
“Siempre hemos luchado por lo que creíamos. Está en nuestro ADN. Pero también en nuestra cultura y en nuestro tipo de negocio. Es pura pasión.” Dice Robert.
Esa experiencia y ese carácter luchador se hace palpable al oír de primera mano los obstáculos a los que han tenido que enfrentarse a lo largo de los años. Siempre consiguieron convertir los problemas que les surgían en auténticos retos. Oportunidades a las que había que hacer frente y aprender de ellas.
"Nunca nos rendimos. Siempre hay una manera de lograrlo. Ahí se ve el espíritu emprendedor. En los momentos en los que parece que no hay salida, pero consigues encontrarla.” Comenta Jonas.
Esta mentalidad ganadora, obviamente, se contagia a cada persona que se une a Oriflame y logra que todas ellas compartan la misma energía y la misma actitud positiva. Ellos tampoco se rinden. Robert y Jonas tuvieron especial cuidado a la hora de contratar a los Directores de cada país. Ellos sabían que elegir a las personas correctas sería crucial para mantener viva la cultura y los valores fundamentales de Oriflame a nivel interno.
Y por supuesto, lo mismo se traslada a la fuerza de ventas. Oriflame se convirtió rápidamente en un imán que atraía a la gente positiva, que buscaba un cambio en su vida y en la de aquellos que estaban a su alrededor. Todas esas personas se han convertido en verdaderos símbolos de Oriflame. La clara representación de las cosas maravillosas que pueden ocurrir cuando se trabaja en equipo.
Jonas recuerda aquella época con satisfacción:
“Conocer a todas esas personas era increíblemente emocionante. Muchas decían que les faltaba la auto-estima o la confianza para hablar en público y nosotros les respondíamos que en unos años se convertirían en grandes líderes… Y así era. Nuestras predicciones siempre se cumplían.”
Haber sido testigos de esos cambios positivos en la vida de tantas y tantas personas es lo que más enorgullece a Jonas y a Robert por encima de todo.
“No hay nada que nos haga más felices que el hecho de haber ayudado a cambiar la vida de tanta gente. En una sensación muy emocionante.” Dice Robert. “Este negocio ha generado la oportunidad de poder cumplir los sueños de muchas personas en todo el mundo, de poder llevar a sus hijos al colegio, de convertirse en verdaderos emprendedores o de crecer a nivel personal.”
Para Robert y Jonas, promover esa idea es algo increíblemente inspirador. Algo que le aporta sentido a la vida. Asimismo, el hecho de permitir el acceso a productos de calidad a todo el mundo es un pilar fundamental de su filosofía. Es simple, Oriflame ofrece la oportunidad de cumplir los sueños y cambiar las vidas de todo aquel que lo desee, para sentirse bien por dentro y verse bien por fuera.
“¿Alguna vez te imaginaste que seríamos los responsables de hacer felices a tanta gente?” Le pregunta Robert a su hermano mayor, Jonas.
Y esa felicidad no estriba únicamente en las ganancias económicas. Ambos se dieron cuenta que todas esas personas crecían a nivel personal. Y que, cuanto más crecían, más se sentían parte de esa familia en la que se había convertido para ellos Oriflame.
““Oriflame es un negocio familiar con valores familiares.” Afirma Robert.
Esos valores familiares forman el verdadero corazón de la empresa. El hecho de que los fundadores sean hermanos tuvo una enorme repercusión en este aspecto. Se dio de forma natural. Trabajaban y afrontaban los retos como si de una familia se tratara. ¡Eran una familia dentro y fuera del trabajo! Jonas y Robert vieron cómo la gente se sentía atraída por este aspecto. Se unían a Oriflame sabiendo que entraban a formar parte de una gran familia.
Pero como en toda gran empresa, el éxito reside también en los pequeños detalles. Las apariciones de ambos hermanos, su habilidad natural para comunicar fuera cual fuera su público o cómo consiguieron liderar a tanta gente transmitiendo la positividad de la que ellos mismos se contagiaban día a día.
Son todos estos pequeños aspectos, los que han conducido a Oriflame al éxito durante los últimos 50 años. Y por supuesto, continuaremos haciéndolo durante muchos, muchos más.