1. Natural y sostenible
Creada con la raíz de una planta procedente de las zonas tropicales del Este de Asia, la Esponjilla Facial Konjac es 100% natural y está hecha a base de fibras vegetales. A diferencia de otros productos limpiadores del rostro, no contiene ningún tipo de aditivo perjudicial como otros productos de baño sintéticos. Además, es biodegradable 100% y puede ser desechada junto con los restos de frutas o verduras.
2. Suave y delicada
Utilizándola junto con una limpiadora en crema o en gel, la esponjilla elimina más restos de maquillaje y más cantidad de impurezas que una limpieza sencilla realizada manualmente. ¡Consigue que la limpieza sea mucho más profunda! Su suave textura es ideal para las pieles sensibles y además, es perfecta para realizar una suave exfoliación diaria. También funciona de maravilla eliminando las escamas de piel deshidratada que resultan difíciles de eliminar sin irritar la piel.
3. Un plus de luminosidad
Conseguir un extra de luminosidad en el rostro es uno de los objetivos primordiales que se buscan conseguir a la hora de comenzar un tratamiento facial. La Esponjilla Facial Konjac es incréiblemente efectiva a la hora de eliminar las células muertas, por lo que deja la piel suave y llena de luminosidad de forma natural. El efecto logrado no es el mismo que con el conseguido con el uso continuado de un tratamiento facial, pero cuanto más la uses más notarás la luz que desprende tu piel.
4. Pura magia
Esta esponjilla fue inventada por granjeros japoneses y, dada su suave textura, se utilizó en un principio para limpiar la delicada piel de los bebes. Prueba a ir más allá del rostro y úsala por todo el cuerpo, especialmente en zonas específicas de la piel o en áreas donde el acné aparece más fácilmente.
5. Siempre limpia
A pesar de que algunas esponjillas son antibacterianas, no poseen la capacidad de mantenerse limpias por sí mismas. En el caso de la Esponjilla Konjac, asegúrate de aclararla bien después de cada uso y deséchala tras un mes de uso.