En la encrucijada entre la sabiduría antigua y la ciencia moderna, el termalismo emerge como una práctica ancestral que aprovecha los beneficios de la exposición al frío y al calor para mejorar tu bienestar. Nos sumergimos en este enfoque con Maximillian Lundin, un experto en vida sostenible y defensor de la filosofía de "congelar y sudar". Guiados por la Dra. Susanna Søberg, fundadora de The Soeberg Institute y The Thermalist Cure, y su investigación innovadora sobre la terapia de exposición al frío y al calor, descubrimos las notables ventajas para la salud de esta práctica innovadora.
"Deseo normalizar la terapia de frío y calor como formas naturales de mejorar la salud física y mental." - Dra. Susanna Søberg
Conversación con Maximillian Lundin
¿Puede explicar el termalismo a alguien que no esté familiarizado con el concepto?
¡Absolutamente! El termalismo es un enfoque holístico que aprovecha el poder de la exposición tanto al frío como al calor para mejorar nuestro bienestar general. Piénsalo como una forma de recrear los desafíos naturales a los que se enfrentaron nuestros antepasados, desencadenando la respuesta natural de lucha o huida de nuestro cuerpo. La revolucionaria filosofía de "congelar y sudar" de la Dra. Susanna Søberg explora en detalle los beneficios específicos de esta práctica.
¿Cómo descubrió el trabajo de la Dra. Søberg y qué le motivó a incorporar el termalismo en su estilo de vida?
Me encontré por primera vez con la investigación de la Dra. Søberg a través de sus publicaciones sobre las ventajas de la exposición al frío y al calor. Su trabajo fue revelador, ya que explicaba la ciencia detrás del concepto de "congelar y sudar". A medida que profundicé más, me di cuenta de su inmenso potencial para promover la salud en general. La practicidad del enfoque y cómo se alineaba con los principios de vida sostenible y el envejecimiento saludable resonaron profundamente en mí.
¿Podría guiarnos a través de la práctica de "congelar y sudar" y sus beneficios específicos?
¡Por supuesto! La rutina de "congelar y sudar" implica alternar entre la exposición al frío y la exposición al calor. La exposición al frío, que incluye métodos como duchas frías y baños de agua helada, pone en marcha nuestro sistema, estimulando la alerta, el metabolismo y la longevidad celular. La exposición al calor, lograda a través de la terapia de sauna, proporciona relajación, reduce la inflamación y apoya la salud cardiovascular.
"Descubrimos el umbral mínimo, o el punto óptimo, para la exposición al frío y al calor en beneficio de la salud. La terapia de frío y calor ofrece el potencial de mejorar y prolongar nuestras vidas." - Dra. Susanna Søberg
¿Cómo puede alguien incorporar fácilmente la exposición al frío en su rutina diaria?
Comience con pasos graduales. Inicie su día tomando una ducha fría con agua lo suficientemente fresca como para tentarlo a salir de inmediato. Intente durar 10 segundos y aumente gradualmente hasta llegar a 2 minutos completos con el tiempo. La incomodidad inicial puede parecer un desafío, pero es precisamente este sobresalto en el sistema lo que intensifica el enfoque y la claridad. Con el tiempo, esta práctica mejora la producción de catecolaminas, las hormonas responsables de la alerta. Para obtener los mejores resultados, evite volver al agua tibia y permita que su temperatura corporal aumente naturalmente.
Una vez cómodo con las duchas frías, explore baños de agua helada y chapuzones fríos, especialmente durante el invierno. Un chapuzón rápido hasta el cuello estimula la grasa parda entre los omóplatos, conocida por quemar grasa blanca como combustible. También mejora la resistencia, el estado de ánimo (¡gracias, dopamina!), previene enfermedades relacionadas con el estilo de vida y aumenta el metabolismo.
Punto óptimo de exposición al frío:
• 11 minutos de chapuzón/baño frío por semana
• 2 minutos de ducha fría al día a una temperatura incómodamente fría
¿Y qué hay de la exposición al calor?
La exposición al calor complementa el régimen de frío, a menudo a través de la terapia de sauna. Después de hacer ejercicio, dedica de 5 a 20 minutos al sauna. El calor promueve la relajación, eleva el estado de ánimo, reduce la inflamación y estimula la liberación de hormonas de crecimiento para la reparación y rejuvenecimiento. La magia del termalismo reside en la transición entre el calor y el frío, por lo que combinar sesiones de sauna con duchas frías intermitentes maximiza los beneficios. Encontrar el equilibrio adecuado es esencial, y la constancia es clave.
Punto óptimo de la terapia de sauna:
• 5-20 minutos a +70°, de 2 a 7 veces por semana
• Un total de 53 minutos de sauna por semana
¿Qué beneficios personales has experimentado al practicar el termalismo?
La transformación ha sido increíble. He notado un aumento en los niveles de energía, mejor enfoque a lo largo del día, un estado de ánimo mejorado y una mayor resistencia al estrés. Sin mencionar los cambios positivos en el metabolismo y una sensación general de bienestar. Realmente se ha convertido en un pilar de mi estilo de vida.
¿Qué mensaje tienes para aquellos que consideran el enfoque de "congelar y sudar"?
Animo a todos a explorar el termalismo si buscan un cambio radical para su bienestar. La base científica es sólida y yo soy la prueba viviente de sus beneficios. No se trata solo de sentirse bien, se trata de adoptar un enfoque holístico de la salud que podría revolucionar la forma en que envejecemos.
Mantente atento a la próxima aplicación de Maximillian Lundin y Rebecca Hjelt, Ellipse Lifestyle Lab, diseñada para guiarte en el camino hacia una vida próspera y prolongada.
Para adentrarte más en la investigación de la Dra. Susanna Søberg sobre la terapia de exposición al frío y al calor y The Thermalist Cure, visita The Soeberg Institute.