1. Imperfecciones repentinas
Quizá pueda deberse a ese momento determinado del mes o a los cambios climáticos, pero lo cierto es que están ahí. De repente una mañana te despiertas con el rostro cubierto de granitos en el momento menos apropiado. Cuando tienes que enfrentarte a una cita o a una importante reunión de negocios. ¿Dónde está la varita mágica cuando más la necesitas?
2. Labial en los dientes
Nos encanta el plus de color que le aporta la barra de labios a nuestro maquillaje pero, ¿qué te parecen las manchas de labial en los dientes? ¡Un horror! Mantener los labios perfectamente pintados durante todo el día es el objetivo pero, no importa cuánto los perfiles o cuánta pre-base utilices, los dientes terminan delatándonos. La guinda del pastel es cuando lo descubres y te das cuenta de por qué todo el mundo te ha estado mirando de forma extraña durante las últimas horas.
3. Gloss en el pelo
Para las que prefieren el brillo al color, el gloss de labios es la mejor opción. A menos que tu pelo sea largo y el día sea ventoso. Ya sea a causa del tiempo o de darse la vuelta demasiado rápido, la cuestión es que hagas lo que hagas, sabes que en un momento tendrás más pelo en la cara que detrás de las orejas. ¡Y eso por no hablar de su textura pegajosa!
4. Carreras en las medias
Tienes el maquillaje controlado, el peinado perfecto y estás lista para vestirte y de repente… ¡una carrera en la media! Muchas veces ocurre a lo largo del día y otras muchas ya es tarde para cambiarte y ponerte otras. ¡Tanto tiempo preparando el look para ver cómo se arruina en cuestión de segundos! ¿Un truco infalible? Aplica una pizca de esmalte transparente en ambos extremos de la carrera para frenar su recorrido y evitar que recorra toda tu pierna de arriba a abajo.
5. Esmalte agrietado
Tanto si te muerdes las uñas como si se debe a la cantidad de tiempo que dedicas a teclear con el ordenador en el trabajo, la cuestión es que tu esmalte de uñas acaba resintiéndose y muestra los indicios de grietas y roturas. Si no tienes tiempo para volver a hacerte una nueva manicura, es mejor eliminar el esmalte y volver a pintar las uñas cuando tengas tiempo de nuevo.
6. Contouring terrible
Después de ver un sinfín de tutoriales al fin te sientes preparada para hacerte un contouring. ¿Y cuál es resultado? Una vez aplicas el maquillaje en las zonas del rostro que así lo requieren, te das cuenta que, entre luces y sombras, pareces salida de una tribu africana.
7. Manchas sobre el párpado
Nada estropea más un maquillaje de ojos que un trazo mal aplicado de máscara de pestañas o de delineador de ojos. Un delineado demasiado alto que alcanza la cuenca del ojo por lo general termina pareciéndose a una gran mancha negra en vez de a un ojo rasgado y elegante con efecto ahumado. Lo mismo ocurre con la máscara que se sale de las pestañas y te hace parecer un mapache. Seamos sinceros: algunos días es mejor ir sin maquillar y lucir tu belleza natural.