Conoce a la modelo Niki Hajde

¿Cómo es realmente ser una modelo? Se lo preguntamos a maniquí de pasarelas internacionales, Niki Hajdu de la Agencia Elite, para saber más de esta apasionante vida.

¿Siempre has querido ser modelo?
Si, desde siempre. Cuando era pequeña, todo el mundo me decía que debería ser modelo porque era muy alta y delgada.

 

¿Cómo te descubrieron?
Estaba en la playa con unos amigos en Hungría, dónde nací, cuando un representante de modelos me preguntó que si quería desfilar o hacer sesiones de fotos. Él fue quien me descubrió aunque un año más tarde me cambié de agencia.

 

¿Cuál sería tu consejo para aquellos que quieran ser modelos?
Les recomendaría que eligiera una agencia de modelos que realmente cubra sus expectativas y con la que le guste trabajar.

 

¿Te ha cambiado personalmente el hecho de ser modelo?
Sí he cambiado. Desde el primer momento me centré mucho en mi carrera, en ser profesional y hacerlo cada vez mejor. Además, siempre intento aprender mucho de la gente con la que trabajo en cada momento.



¿Qué te gusta hacer cuando no estás trabajando?
He vivido en Nueva York durante los últimos años, y es una verdadera locura. Puedo bajar a comprar sushi en el medio de la noche o ir a los estrenos antes de que sea la premier. Siempre hay algo que hacer interesante en esa ciudad.

 

¿Qué consejos o trucos has aprendido de los maquilladores profesionales? Normalmente no llevo mucho maquillaje, aunque siempre me recuerdan lo importante de llevar las cejas bien depiladas y definidas, por eso fijo y relleno con color, los pequeños huequitos sin pelos que pueda tener. Las cejas pueden cambiar mucho la expresión de tu cara.

 

¿Cuál es tu rutina de cuidado facial?
Limpio mi cara mañana y noche, y exfolio al menos una vez por semana. Cuando no estoy en una sesión de fotos, sólo llevo máscara de pestañas y bálsamo de labios.

 

¿Cuál es tu look de fiesta?
Pues siempre confío en un buen labial rojo súper potente y mucho volumen para el pelo.


¿Cómo te mantienes en forma?
Tengo un entrenador personal en Nueva York y hago el esfuerzo cada día e comer sano. Pero cuando voy a Hungría no puede resistirme a la fabulosa comida de mi madre, ¡nada sabe tan rico!

Texto: Fotografía: Benjamin Vnuck