¿Por qué es importante elegir fórmulas de cuidado facial adaptadas al tipo de piel?
Lo ideal es contar con un tratamiento que se adapte tanto a las necesidades de tu piel como a tu tipo de piel, sin importante la edad, el género ni la raza. Por ejemplo, si tu piel es seca necesitas una fórmula rica y untuosa que fortalezca la barrera protectora de la piel para evitar su deshidratación. Si tu piel tiende a ser grasa elige texturas ligeras que reduzcan los brillos y desobstruyan los poros que provocan el acné y las imperfecciones.
¿Cuántos tipos de piel existen?
Normalmente hablamos de piel seca. Sensible, normal y grasa. Pero cada complexión de cada persona es única y existen muchas variaciones y tipos intermedios.
¿El tipo de piel cambia a lo largo de la vida?
Tanto el tipo de piel como su condición pueden cambiar debido a la edad, al cambio de estación, a los cambios hormonales, a los factores externos como la polución, a los cambios climáticos o al estilo de vida que llevemos. Por eso, es importante saber adaptar nuestros tratamientos faciales para cubrir las necesidades de la piel en cada momento. Por ejemplo, en invierno es bueno utilizar una crema facial más densa e hidratante ya que el aire frío la reseca en exceso, mientras que en verano es necesario añadir un factor de protección UV extra que la proteja del sol.
¿Existe un paso clave de la rutina diaria que sea más importante según el tipo de piel?
No, una correcta rutina de cuidado de la pie les imprescindible para todas las pieles, sean como sean. Eso incluye los cuatro pasos: limpieza, potencia, contorno de ojos e hidratación, que actúan en conjunto rejuveneciendo e hidratando la piel y adaptándose a sus necesidades.
¿Puedo combinar productos desarrollados para diferentes tipos de piel?
En realidad se recomienda adaptar la rutina a tus necesidades individuales y, cuando sea necesario, intercambiar productos o fórmulas en esos periodos del año en los que tu piel requiere cuidados especiales.