¿Somos lo que comemos? Nuestra alimentación guía nuestra vida

¿Qué pensarías si te dijéramos que ciertos cambios en tus hábitos alimenticios pueden hacerte más feliz? ¿Te sorprende? Nos sentamos con el Experto en Wellness, Dr. Anke Ginzburg para descubrir qué beneficios tiene en nuestro cuerpo y mente comer mejor.

¿Por qué la comida puede incidir sobre nuestro humor, y de qué forma se relaciona lo que comemos con los sentimientos que podemos tener?
La comida es un arma muy poderosa y tiene un impacto muy importante en lo que sentimos. Si no ingerimos lo que nuestro cuerpo necesita, esto tendrá un impacto negativo sobre nuestras emociones. Comer alimentos con un alto Índice Glucémico, nos da energía rápida, pero deja un nivel de azúcar bajo en sangre de tal forma que apenas tenemos ganas de nada. Niveles bajos de Vitaminas B están asociados al mal humor.

Un neurotransmisor que normalmente se asocia con los sentimientos de felicidad es la serotonina. Tiene efecto saciante, lo que contribuye a sentirnos amados. Se encuentra en frutas como las bananas, el kiwi y las piñas.

¿Cuáles son las grasas buenas (y las malas) y qué papel juegan en nuestra disposición a algo? Las grasas buenas son aquellas que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. Cada célula del cuerpo necesita grasas para realizar bien su función. Cuando hablamos de grasas buenas, nos referimos a ácidos grasos poliinsaturados (Omega 3, o ácidos grasos omega 6) que se encuentran en las nueces, aceite de linaza o pescados azules.

Las grasas malas o grasas saturadas, se obtienen de la comida procesada por lo que no proceden directamente de la naturaleza. Tienden a acumularse en el sistema cardiovascular, obstruyendo las venas, lo que puede producir ataques al corazón. También daña las membranas de las células y por tanto, al sistema nervioso. Así que la próxima vez que te apetezca un donuts, recuerda que las grasas saturadas no sólo terminarán en tus caderas sino también ¡en tu cerebro!

"La próxima vez que te apetezca un donuts, recuerda que las grasas saturadas no sólo terminarán en tus caderas sino también ¡en tu cerebro!"

Cuando comemos por ansiedad o razones sentimentales, tendemos a optar por alimentos con mucha grasa y azúcares, ¿por qué es esto así en lugar de comer por ejemplo, espinacas?
Comer es una acción, y como tal nos provoca placer. Nuestro cerebro inunda nuestro cerebro con dopamina cuando comemos ciertos alimentos, lo que nos pone felices.

El hecho de elegir este tipo de comida es consecuencia de la evolución. El origen de este impulso es garantizar la supervivencia de la raza humana en un momento en el que la comida era muy escasa. Nuestro cerebro conecta la idea de comidas muy calóricas con la recompensa del placer, por eso optamos por estas en lugar de otras con menos calorías.

El problema, es que la comida cada vez más, se compone de este alto contenido en sal, azúcar y grasas, lo que es realmente malo para nuestra salud.

¿Por qué el hambre se relaciona con el enfado?
El hambre es un estado muy básico, nuestro cuerpo necesita comida, pero científicamente hablando, no tendría por qué tener relación con el enfado.

Somos seres de costumbres, tendemos hacia patrones fijos de cómo y cuándo nos gusta comer. Nos sentimos satisfechos en determinados momentos del día y más hambrientos cuando no podemos seguir esos patrones alimenticios.

¿Por qué la comida procesada nos deja esa sensación de cansancio y sin apetencia?
Este tipo de comida tiene alto contenido calórico por las grasas saturadas y el azúcar que contiene. De hecho el azúcar refinado tiene un alto índice Glicémico. Estos niveles nos dan energía instantánea pero después de poco tiempo, baja nuestro nivel de azúcar en sangre y nos entra modorra.

¿Cuál es una alternativa saludable (y agradable) de tentempiés en lugar de snacks procesados?
La respuesta es sencilla: bananas, un alimento que nos da felicidad. Tienen un equilibrio perfecto entre carbohidratos y proteínas y contiene muchos vitaminas y minerales.

¿Cuál es la dieta feliz?
Una dieta feliz es aquella que incluye proteína, carbohidratos, grasas buenas y micronutrientes. Os recomiendo comida sin procesar, ligeramente cocinada y fresca, fruta y vegetales orgánicas, son la clave para un vientre feliz.