Escuela de belleza: por qué cambiar las brochas de maquillaje es una parte esencial de tu rutina de belleza

: La limpieza de las brochas de maquillaje no es la tarea más emocionante, pero siempre debería formar parte de tu rutina de belleza. La suciedad y la grasa se acumulan en tus brochas y pueden estropear tu piel (¡no gracias!). Así que sigue estos sencillos pasos para aprender a mantener tus brochas en las mejores condiciones, e incluso hacer que duren más.

Si pudieras ver las bacterias que se acumulan en tus brochas de maquillaje con el paso del tiempo, te garantizamos que nunca más dejarías de limpiarlas. Por suerte, los microorganismos son invisibles. Pero los brotes y las imperfecciones de la piel no lo son, y estas irritaciones de la piel son fácilmente causadas por el uso de pinceles sucios.

"Las brochas limpias son esenciales", dicen el dúo de maquilladores londinenses Pamela y Andrea, que sugieren desinfectar las brochas después de cada uso con un limpiador líquido (esto es innegociable si eres maquilladora).

Por supuesto, la mayoría de nosotras estamos demasiado ocupadas para sacar nuestro limpiador de brochas de maquillaje después de cada aplicación. Por suerte, la mayoría de los dermatólogos te dirán que mojes tus brochas, especialmente las de la base de maquillaje y del corrector, una vez a la semana -como mínimo- para evitar la acumulación de producto. Como estas brochas se utilizan en el rostro, cuanto más limpias estén, mejor. Sin embargo, puedes ser un poco más flexible con los pinceles de sombra de ojos y de delineador.

La limpieza adecuada de las brochas de maquillaje no sólo previene la aparición de brotes, sino que la acumulación en las brochas de maquillaje puede hacer que las fibras se rompan y las cerdas se debiliten, dificultando aún más la aplicación del maquillaje. Por eso, limpiarlas a menudo no sólo significa que durarán más, sino que tu maquillaje será más fácil de aplicar. Así que, ganamos todos.

Aquí tienes una guía rápida sobre cómo limpiar las brochas de maquillaje.

1. AGUA Y JABÓN

Hay docenas de limpiadores fabricados específicamente para limpiar las brochas, pero cualquier jabón suave servirá. Recomendamos el jabón para bebés; evita los jabones normales que pueden resecar las cerdas.

Empieza pasando las brochas por agua tibia para eliminar los restos de maquillaje. Sujeta el cepillo con las cerdas hacia abajo para evitar que entre agua en la parte en la que el mango se une al cabezal. Así, evitarás que se afloje accidentalmente el pegamento que mantiene unidas las cerdas.

Añade una pequeña cantidad de jabón suave a las cerdas de tu brocha de maquillaje.

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2. ARRASTRA Y GIRA
Pasa la brocha por la superficie texturizada del limpiador de brochas de maquillaje y hazla girar.

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3. ACLARA
Vuelve a enjuagar la punta del cepillo bajo el grifo. Repite los pasos 1 y 2 hasta que el agua salga limpia de la brocha.

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4. DEJA SECAR
Por último, exprime el exceso de humedad con una toalla limpia y vuelve a dar al pincel su forma original. Deja que la brocha se seque con las cerdas colgando del borde de una encimera, lo que permite que se seque con la forma correcta. Evita dejarlo plano sobre una toalla, ya que las cerdas pueden enmohecerse. Repite la operación con todas las brochas.

Y ahí lo tienes: pinceles relucientes utilizando sólo un limpiador de pinceles de maquillaje y un poco de agua y jabón.

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