1. LIMPIEZA
Comienza limpiando la piel en profundidad. En primer lugar sumerge una esponjilla específica en agua caliente durante 1 minuto. Mientras tanto, aplica la limpiadora directamente sobre la piel y extiéndela con un suave masaje a base4 de movimientos circulares. Retira el producto con la esponjilla, aclara con agua abundante y seca la piel con pequeños toquecitos.
2. ACEITE FACIAL
Una vez limpia y revitalizada, tu piel está lista para su dosis diaria de hidratación. Para lucir ese halo de luminosidad y esa apariencia saludable que buscas, añade una gota de aceite facial sobre su crema hidratante habitual y descubre la magia por ti misma. A pesar de lo que puedas pensar, el aceite facial, en pequeñas dosis, es increíblemente beneficioso y deja la piel radiante y nutrida.
3. BB CREAM
A continuación, aplica una BB Cream ligera que unifique el tono de tu piel y termina aplicando una pizca de colorete con una brocha de abanico para aportar un suave y fresco rubor en las mejillas. ¡Y listo! ¡Tu piel más radiante que nunca en sólo 3 pasos!