Lo primero, ¿a qué llamamos “radiante”?
Existen muchos términos asociados con una apariencia radiante y luminosa y muchos de ellos, verdaderamente confusos. Puedes tener claro que el objetivo que se busca con todos ellos es siempre el mismo: lograr una piel radiante y luminosa, con mejillas rosadas y una complexión jugosa e hidratada. Similar a la que te evocan unas vacaciones ultra relajantes en un destino tropical o a la que logras cada mañana tras realizar una sesión de yoga. En definitiva, una complexión natural, luminosa e impecable.
¿Cómo conseguir esa apariencia radiante?
Aunque resulte imposible pensar en una piel relajada y radiante, libre de poros obstruidos sin pensar en tus vacaciones soñadas, existen numerosas formas de conseguir una complexión radiante, tanto a corto como a largo plazo, de forma natural y simplemente con la ayuda de una brocha de maquillaje:
1. Un estilo de vida saludable: No es el requisito más emocionante, pero si es uno de los más importantes si lo que buscas es sentirte y verte bien. Dormir mejor, una dieta equilibrada rica en nutrientes y la práctica regular de ejercicio garantizan que la piel luzca lustrosa y perfecta.
2. Una correcta rutina de cuidado facial: Los beneficios que tu piel necesita no solo se obtienen de lo que ingieres, sino también de lo que le aplicas exteriormente. Solo hay que navegar por internet para encontrar rutinas de hasta más de 10 pasos (como en la belleza koreana). Pero no te agobies, ya que todo eso no es necesario. La línea Energizante con Albaricoque y Naranja Love Nature es una delicia sensorial que ayuda a revitalizar la piel con un plus de luminosidad. Está compuesta de limpiadora, tónico y gel hidratante.
3. El poder del maquillaje: A diferencia de un maquillaje mate, cubriente e intenso en el que cualquier brillo es ocultado tras los polvos translúcidos en cualquier momento, una piel radiante y llena de energía potencia su suavidad, su aspecto saludable, fresco y natural, incluso con la ayuda del maquillaje. Comienza con tu rutina de cuidado facial habitual y tras la hidratación, aplica una capa de pre-base. A continuación, sigue con un maquillaje ligero y un corrector anti-imperfecciones que cubra en la justa cantidad para dejar ver la frescura de la piel. Aplica un iluminador líquido sobre las mejillas para potenciar el efecto buscado. Un consejo: Este tipo de look funciona mejor con productos hidratantes y de textura cremosa, así que, ¡olvídate de los polvos compactos!
¡Y ahora, con estos consejos, tu piel lucirá por si misma sin la ayuda del sol!