DEPORTE EN EQUIPO
Si tu fuerte a la hora de practicar un deporte no es la constancia, la clave está en encontrar una rutina de ejercicios que puedas cumplir y con la que puedas ir superándote poco a poco. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que acompañándote de un amigo? Alguien que te rete en los momentos bajos, que te ayude a marcarte objetivos y que te muestre su apoyo cuando pienses en rendirte. Y por supuesto… ¡qué ayude a convertir el entrenamiento en un pequeño momento de ocio y que te haga olvidar el esfuerzo que supone mantenerte en forma!
ENCUENTRA LA PAREJA PERFECTA
Son muchos los beneficios que tiene el entrenamiento en común con otra persona por lo que, encontrar a la pareja perfecta es el primer paso para llevar un estilo de vida más saludable. A la hora de elegir a esa persona, procura que sea alguien con más compromiso y más fuerza de voluntad que tú. Será la única forma de conseguir sacarte de tu zona de confort y que tus esfuerzos y tu entrenamiento se vean, finalmente, recompensados.
Si sientes que la motivación no te falta pero necesitas una Buena razón por la que continuar yendo al gimnasio, elige a alguien que tenga el mismo propósito que tú, ¡o superior! No hay nada que motive más que ayudar a otra persona a alcanzar sus objetivos. Sentirás una sensación de gratificación proporcional a las horas que entrenes porque en el fondo sabes que le ayudas pero también te ayudas a ti mismo.
Si nadie de tu entorno más cercano está dispuesto a acompañarte en tu entrenamiento, proponte encontrar a alguien desconocido. Descubrirás que existen multitud de foros de entrenamiento y deporte así como grupos online a los que unirte. Y no descartes el trabajo. Es posible que algún compañero esté interesado en sumarse a tu causa.
3 CONSEJOS PARA EMPEZAR
Una vez hayas encontrado al compañero de entrenamiento perfecto, establece una rutina de ejercicios y proponte cumplirla. Aquí tienes 3 sencillos consejos para empezar con buen pie:
1. Fijaos pequeños objetivos en común que podáis cumplir a corto plazo. Atreveos también con un reto mayor que ninguno de los dos haya realizado antes. ¡Apuntaos a una pequeña maratón para poner a prueba vuestro trabajo diario!
2. Contratad a un entrenador personal para los dos. Es un plan perfecto para compartir la experiencia y también los costes!
3. El camino será difícil y en ocasiones, se te pasara por la cabeza rendirte, pero, para evitarlo, concédete pequeñas recompensas cada vez que consigas cumplir un objetivo marcado. Una noche de chicas, ese pantalón que llevas tiempo queriendo comprarte o un fin de semana especial son ejemplos de incentivos que levantan el ánimo y te motivan para seguir trabajando día a día. Y recuerda que los objetivos que te marques han de ser realistas. Está fenomenal querer conseguir grandes retos, pero no hay nada más desmotivador que la sensación de esforzarse y no alcanzar el resultado deseado.