Merece la pena tomarse un tiempo para mimar los pies. Para levantar el ánimo al instante, sumerge los pies en una palangana de agua caliente impregnada del jabón que prefieras. Tómese unos minutos para disfrutar de la sensación de relajación y serenidad mientras se masajea los pies, liberando lentamente la tensión del día. Es una magnífica oportunidad para darse un pequeño capricho diario.

Después de pasar un largo día de pie, a menudo olvidamos darles un merecido descanso. Túmbate y eleva los pies durante unos 15 minutos para reducir la hinchazón y mejorar el riego sanguíneo. Esta sencilla (y relajante) práctica puede ayudar a aliviar los pies cansados y doloridos, sobre todo si has tenido un día muy ajetreado.

Puede parecer obvio, pero no está de más recordarlo: asegúrate de que tu calzado es cómodo, te queda bien y es adecuado para los planes del día. Si sabe que va a estar mucho tiempo de pie, no olvide llevar un par extra de zapatillas cómodas, además de tacones, para no tener que llevar estos últimos durante mucho tiempo. Así evitarás molestias y problemas en los pies, como ampollas o callos. Mantén la frescura con un spray de menta para los pies y, por si acaso, no está de más llevar unas almohadillas para los pies.